domingo, 28 de noviembre de 2010

Adviento

Preparación para el Adviento




Por San Juan Eudes

Durante un Adviento, Santa Matilde deseaba hacer alguna cosa  que fuera del agrado de la Santísima Virgen, que le sirviera de preparación para el Nacimiento de Jesús, entonces este Divino Salvador se el apareció y le dio  esta hermosa y santa instrucción:
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«Saludarás el Corazón Virginal de mi Santísima Madre como un mar lleno de gracias celestiales, y como un tesoro cumplido de toda suerte de bienes para los hombres. Les saludaras como el más puro que haya nunca existido después del Mío; porque Ella fue la primera que hizo el voto de virginidad.
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Le saludaras como el más humilde de todos los corazones; porque, a causa de su humildad, Ella me atrajo a sí desde el Seno de mi Padre; y ha merecido concebirme en sus entrañas por su virtud del Espíritu Santo. Le saludarás como el más devoto y el más ardiente en desear mi Encarnación y mi Nacimiento en la tierra; porque el fervor de sus deseos y suspiros me atrajo a Ella, y fue la ocasión de la salvación de los hombres.
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Le saludaras como el Corazón más abrasado de Amor de Dios y del Prójimo. Le saludarás como el más sabio y prudente; porque conservo en sí todo lo que pasó en mi infancia, en mi juventud y en mi edad madura; e hizo de este conocimiento el uso más santo.
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Le Saludaras como el más paciente; porque fue mil veces traspasado de dolor en mi Santa Pasión; y siempre por el recuerdo perpetuo que tuvo de Mis sufrimientos. Le saludarás como el más fiel; porque  no solamente consintió en que Yo, su Unigénito, fuera Inmolado, sino que Ella misma me ofreció en Sacrificio a mi Padre Eterno por la redención dle mundo.
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Le saludarás como el más atento, el más vigilante, y el más celoso para con la Iglesia naciente; porque el cuidad que Ella tuvo de rogar incesantemente por la Iglesia, jamás podrá ser superado ni suficientemente reconocido. Le saludarás como el más constante y elevado en la contemplación; porque no puede explicarse las gracias y favores que alcanzó por sus oraciones para los hombres»
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Así pues en este Adviento, ofrece a tu corazón al Corazón de Jesús y al Corazón de María con intención de suplir las ingratitudes, negligencias e infidelidades con las que les has ofendido. Esto les agrada mucho. Porque se cuenta en la vida de Santa Gertrudis que en la víspera de Navidad, la Santa experimentó gran pena por verse impedida en su enfermedad de poder recitar durante el Adviento algunas oraciones en su honor y el Espíritu Santo le inspiró que ofreciera en cambio, como reparación por sus negligencias, el Santísimo Corazón de su Hijo.
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Lo aceptó Jesús con gran gozo siendo un presente de valor infinito que puede reparar cualquier falta contra Dios.

 Tomado del Libro "El corazón admirable de la Madre de Dios" de San Juan Eudes

Oh Jesús, el Único Hijo de Dios, el Único Hijo de María, te ofrezco el Corazón bondadosísimo de tu Madre Divina, el cual para ti es el más precioso y agradable de todos. Oh María, Madre de Jesús, te ofrezco el Corazón Sagradísimo de tu amado Hijo, quién es la vida y el amor de Tu Corazón. Ofrecimiento de San Juan Eudes.




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