EL CATOLICISMO ES TRADICIÓN

"Las estadísticas dicen que cuanto más se adaptan las Iglesias a los patrones de la secularización, más seguidores pierden, y que se vuelven más atractivas las que ofrecen un punto de referencia sólido y una orientación clara" (J. Ratzinger. Ser cristiano en la era neopagana. Ed. Encuentro 1995, pag. 115).

Las Iglesias que se alinean con las exigencias del mercado, sustituyen el ascetismo por el amor a la fiesta, primando la solidaridad y el "amor" frente al recogimiento y la adoración; ofreciendo una religión a la carta, a la que le pedimos que nos ayude a sentirnos bien. La moda occidental del budismo de pacotilla, de los productos new age, del esoterismo y el sincretismo, son manifestaciones de un materialismo religioso que certifica que occidente ha vuelto la espalda a Jesucristo.

Por eso, el catolicismo, que es sinónimo de Tradición, no puede desvirtuar su mensaje para hacerlo presentable, ni convertirlo en un fenómeno de moda, porque existe una barrera infranqueable entre la Fe Católica y el mundo; y esta barrera es la disolución del concepto de VERDAD, frente a la cacareada tolerancia, cuyo verdadero nombre es relativismo.

(Cf. A. Erriguel. Homo Legens 2020, pags. 523-535).