Misa de Requiem
Misa pro defunctis o de Requiem
La Asociación Una Voce México en la laguna invita a la comunidad católica lagunera este 2 de Noviembre a la Santa Misa en honor de los fieles difuntos, que se llevará a cabo en la parroquia de San José de Gómez Palacio a las 7:00 de la noche. La Misa será oficiada según los libros litúrgicos tradicionales de 1962.
Es importante recordar que esta Misa latina se realiza con mucho esfuerzo, con el objetivo de llevar a las nuevas generaciones las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia, y darles su justo puesto. El oficiante es el R.P. Kenneth Fryar de la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, quién estará confesando desde las 6 de la tarde.
La misa de difuntos según el Misal Romano tradicional de Requiem (palaba latina: que significa “descanso” y es la primera palabra de la antífona de entrada), tiene diversas singularidades, que son las siguientes:
- Las sacras que se utilizan no deben tener un marco dorado, e incluso los candelabros que se colocan en el altar, deben ser color plata no dorados.
- Las sacras que se utilizan no deben tener un marco dorado, e incluso los candelabros que se colocan en el altar, deben ser color plata no dorados.
-Se emplean ornamentos de color negro, sin embargo, si en el altar se encuentra el Ssmo. Sacramento, se usa el frontal morado, igualmente el conopeo del sagrario es siempre blanco o morado.
-Se omiten los besos a los objetos a entregar (incluyendo las vinajeras) y a la mano del celebrante.
-Al inicio de la misa, se omite el salmo 42, Iudica me Deus.
-El celebrante no inciensa el altar a los kiries y al decir el Introito se signa el libro él mismo.
-Al Evangelio, los acólitos no llevan ciriales ni el celebrante inciensa el libro.
-En el ofertorio, el celebrante si inciensa el altar como de costumbre; el acólito o diácono inciensa solamente al sacerdote.
-Después del “Pax Domini” el celebrante omite la oración “Domine Iesu Christe” y no se da la paz. El celebrante y, si lo hay, el coro no responden “Miserere nobis” al Agnus Dei sino dos veces “Dona eis requiem” y a la tercera “Dona eis réquiem sempiternam”; no se golpea al pecho.
-Al final de la misa, el celebrante no dice “Ite, Missa est”, en cambio “Requiescant in pace”, y se responde “Amen”; no se da la bendición, pero se dice el último evangelio.
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